lunes, 14 de febrero de 2011

Por las risas compartidas

"…ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca."
Hoy celebro la amistad, no caigo fácilmente en la cursilería de este día, pero creo firmemente que somos muy afortunados quienes gozamos de amistades sinceras. Las amistades de siempre que han crecido con nosotros, las lejanas que vemos poco pero sabemos que siempre están ahí, las recientes que surgen a partir de algunas casualidades y parece que han estado a nuestro lado siempre, las que afortunadamente han pasado de ser colegas a verdaderos amigos, los amigos -hermanos y los hermanos-amigos (en mi caso las hermanas amigas), los primos-amigos, los amigos más grandes que nos aconsejan porque nos llevan más camino andado y los más jóvenes que nos saben escuchar y nos llenan de energía. Los que saben escuchar y los que saben decir las palabras precisas en el momento indicado, los que han creado complicidades más allá de las palabras, los que entienden con sólo una mirada…
Dicen que no es necesario decir lo que se siente, sino más bien, demostrar los sentimientos con hechos. Yo creo en la importancia de ambas formas, decirlas, demostrarlas y por supuesto, de celebrarlas y agradecerlas. Pues en lo personal, hay cosas que ya sé, pero me gusta que me las digan, nomás por escuchar cómo suenan.
Hay algo en especial que agradezco de quienes tengo cerca y que es una de las cosas que más aprecio: la magia de la risa compartida, para sanar el alma, para llenar la mente de recuerdos inolvidables a los cuales recurrir en los momentos duros y para crear complicidades.
Por eso hoy, que es tan fácil caer en la tristeza y la desesperanza, por las circunstancias que nos toca ver, hoy que la vida nos quiere mostrar que el camino no es fácil, aprovecho para agradecer todas las buenas carcajadas compartidas.  Afortunadamente el gran Pablo Neruda supo decirlo de una manera de lo más atinada, así que les dejo su poema.
Tu risa

Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, por que tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
por que me moriría.

4 comentarios:

roluro dijo...

Excelente! Gracias por demostrar siempre tu infinita amistad!

LOMMX dijo...

Coincido 100%, ya lo se, pero me gusta que me lo digan.
Te quiero querida Sandy, gracias por compartir.

macosta5811 dijo...

¡Estimada amiga!
Excelente y maravillosa reflexión; gracias por hacerme ver la importancia de la risa, tan escasa a veces en mi vida.
¡Felicidades y toca enviarte una sonrisa!

Anónimo dijo...

Es un hecho que 'nadie celebra este día y termina por hacer / decir / escribir algo relacionado con él'.
Gracias Sandra, gracias por compartir y por estar y por ser quién eres!