viernes, 18 de febrero de 2011

Llegar a los 36

“Uno no se hace viejo por sumar años,
sino por restar sueños”

Y llegué a los 36 como si nada, con el ánimo de siempre, rodeada de cariño, con muchas metas cumplidas y con muchos más proyectos por concretar. Nunca le he temido a la edad, la asumo y la tomo como viene, como tantas otras cosas en la vida, me reconozco como Sandra, la mamá de la minibanda que quisiera hacer las cosas mejor por ellos y está convencida de que no se merecen la realidad que les ofrecemos; la esposa amante, amiga, compañera, apoyo y lo que se ofrezca; la hija que sigue dando lata y quitando el sueño a sus padres como desde el día que nació; la herencia de abuelos admirables que son ejemplo de trabajo, de rebeldía y de superación como pocos; la que ama a sus hermanas como si fueran sus amigas y ha sido bendecida con amigas(os) y primas(os) que son como sus hermanas(os); la maestra por convicción que siente que tiene más preguntas que respuestas y que en el fondo sabe que es ella quien aprende más de sus alumnas que ellas mismas; la estudiante eterna…
Soy un montón de libros favoritos y un buró de más libros por leer, soy un librero junto a un escritorio en la que está toda mi esencia: hojas por llenar, más libros, estudios, proyectos, pendientes, planes y muchas fotos. Soy un closet lleno de zapatos y botas de todos los estilos y para toda ocasión, que reconoce que no hay nada como treparse a unos tacones para lograr las más ansiadas metas. Soy collares, aretes y anillos con poderes secretos que me permiten dominar y controlar mi mundo. Soy todas las canciones bailadas, las cantadas a todo pulmón sin importar la voz y las tarareadas entre lágrimas. Tengo un montón de kilos extra y cada día menos complejos. Soy un montón de chistes, ocurrencias y anécdotas que de sólo recordarlas me pueden hacer soltar la carcajada aún en las peores circunstancias. Soy las ganas de serenarme, de estar conmigo misma y llenarme de paz. Soy todos los lugares viajados y con grandes enormes deseos de viajar más. Soy la que no se le raja a una desvelada por una fiesta, por un montón de chamba, por una buena plática ni por muchas cosas más. Soy la que alega de todo, la que opina, la que pregunta, la que escucha, la que se disfraza, la que conoce el poder mágico de la cocina como refugio y como fuente de complicidad y entrega a los demás. Soy la que llora de felicidad y la que se conmueve igual con una película, con una canción, con una historia de las noticias, con el Himno Nacional y con algo que le platiquen…
Tengo la esperanza de que los años por venir siempre serán mejores; que los mejores planes son los que están por llegar; que me quedan muchas cosas por aprender del mundo y de los demás. Estoy convencida de que la vida me ha colmado de bendiciones y por lo mismo, tengo un enorme compromiso con Dios y con los míos por entregar lo mejor cada día.

2 comentarios:

ROMERO VELOSO dijo...

Muy interesante !

Saludos desde Brasil.
Silvio Veloso

ROMERO VELOSO dijo...

Muy interesante!
Saludos desde Brasl,
Silvio.