Hace ya más
de una semana que en la ciudad de San Luis Potosí la empresa recolectora de
basura Vigue dejó de prestar sus servicios. De momento, no me voy a detener a
analizar las causas que llevaron a esta empresa a tomar esta decisión: por un
lado se habla de un contrato leonino con administraciones municipales pasadas
que el Ayuntamiento actual decidió no seguir solapando y por el otro, la
empresa refiere el incumplimiento de pago por parte del Ayuntamiento por la
prestación de este servicio, mismo que llevó al embargo de terrenos municipales
y, lo que actualmente padece la sociedad potosina, la falta de servicio de
recolección.
El punto es que, ‘haiga sido como
haiga sido’, sociedad y Ayuntamiento nos encontramos sumidos en un grave
problema de embasuramiento. La
solución momentánea propuesta por las autoridades ha sido insuficiente y se ha
visto vilmente sobrepasada. Los destartalados camiones de basura que salieron a
recorrer las calles esta última semana no cumplen con las rutas que se anuncian
(prácticamente un día antes) en redes sociales y medios de comunicación y la
gente puede durar el día entero esperando a que pasen por su casa para salir
corriendo a sacar su basura, tal como las autoridades lo han solicitado.
Por otro lado, los carretoneros de
antaño, amablemente se han prestado a
cooperar y de nuevo reinan por las calles, aprovechando la situación, recorren
toda la ciudad, sonando su campana pero sólo se llevan la basura previa
cooperación voluntaria. Esta ha sido la rutina en relación con la basura que
poco a poco ha comenzado a permear entre la comunidad.
Sin
embargo, aunque parezca increíble, aún hay gente que al parecer no se ha
enterado, o no se quiere enterar, de la situación que prevalece y lo que tiene
que hacer y muy campante deja su basura afuera de sus casas esperando que
alguien se la lleve o que algo mágico suceda con ella y desaparezca de ahí.
Llevo ya 5 días viendo bolsas de basura en frente de mi casa que no se han
movido y afortunadamente no ha pasado ningún perro y las ha destrozado como ha
pasado en otros rumbos ¿qué estarán pensando o esperando esos vecinos?
Este sólo
es un ejemplo, modesto, si se quiere ver así, que tengo a primera mano, pero
esta situación se magnifica en mercados, conjuntos habitacionales, parques,
centros comerciales y demás sitios en los que por su misma densidad, el
problema se agrava dado que los contenedores que las autoridades han colocado son
insuficientes.
De momento, el Ayuntamiento y la
empresa recolectora sólo han declarado su buena voluntad en resolver la
situación pero nada efectivo ha sucedido, ni se vislumbra una pronta solución.
La recolección de basura es uno de los servicios esenciales que debe brindar la
autoridad municipal, en la medida en que sepan resolverlo de la manera correcta
se podrá medir la capacidad de la administración municipal y pasar de las
declaraciones y buenas intenciones a hechos concretos que resuelvan el día a
día de la ciudadanía y que mantengan la ciudad limpia que nos merecemos.
Por supuesto que en una sociedad
madura se espera que la ciudadanía no esté simplemente a la espera de que las
autoridades le resuelvan todo, aun cuando, repito, es una de sus obligaciones
inmediatas, está claro que ahora, esperar y buscar culpables, no nos llevará a
nada. A final de cuentas, la basura sigue ahí y comienza a desbordarse. Así que
en vista del tamaño del problema en el que estamos inmersos y en el que los
primeros y principales afectados somos la propia comunidad creo que es momento
de demostrar nuestra civilidad no permitiendo que esta situación nos sobrepase.
Quejarnos y
criticar, está visto que ha servido de poco. Buscar culpables no hace que la
basura desaparezca de las calles ni de las casas. Pero así como muchas de las
ideas y proyectos comunitarios más brillantes han surgido de momentos de crisis
a lo largo de la historia, hoy considero que este problema puede servir como
detonante para una ciudad y una ciudadanía mejor, como la merecemos todos.
Hace tiempo
que soy ama de casa (casi 17 años ya) y en distintas ocasiones he intentado
aplicar las 3R de la ecología: REDUCIR, RECICLAR Y REUTIZILAR. Por distintos
motivos he desistido en muchas ocasiones en las segunda R, Reciclar. Esta
semana me he propuesto retomar la separación exhaustiva de los desechos que
generamos en casa. Aquí procuramos reutilizar muchas cosas: frascos de vidrio y
botes de plástico se lavan y guardan para muchos fines (sí, como buena ama de casa mexicana relleno
los botes de yogurt con frijoles y sobras de comida); además, guaramos los
grandes botes de productos de limpieza que en distintos establecimientos pueden
rellenarse con la venta de estos productos a granel.
Sin embargo, lo del reciclaje se me
complicaba porque muchas veces no sabía qué hacer con los desechos reciclables,
pero esta vez no es así, he descubierto uno de los “Puntos limpios” para
recolectarlos relativamente cerca de casa (hay que llevar las cosas en carro,
pero algo es algo). Y digo “he descubierto” porque fue así, literal, un
descubrimiento ante la poca difusión por parte de las autoridades de estos
puntos y su ubicación exacta. La página
oficial del Ayuntamiento y los boletines de difusión en que los anuncian en
ningún momento listan su ubicación exacta para que la población sepa a dónde
llevar estos productos. Así que es cosa de abrir bien los ojos para
encontrarlos. En muchos fraccionamientos privados y empresas de la Zona
Industrial tienen sus propios colectores cosa que me parece debe aprovecharse
más.
También existen empresas que se
dedican a la recolección de reciclables directamente en empresas, negocios o
domicilios si se tienen grandes volúmenes. Una buena idea puede ser que los
niños y adolescentes de casa se encarguen de la separación y limpieza de botes
de plástico, latas de aluminio y cartón para que en cuanto haya una cantidad
suficiente, la vendan a estas empresas y sea esto un incentivo que fomente en
ellos este hábito.
En esta semana que en casa hemos estado
muy aplicados con la separación de desechos, se ha reducido notablemente la
generación de basura lo cual disminuye en gran medida el problema de esperar al
camión y su campanita. En lo personal, esta vez me comprometo a volver el
reciclaje y la separación un hábito, no sólo por mí, también por el ejemplo que
quiero darle a mi familia y lo que quiero inculcarles. El siguiente paso será
crear composta con los desechos orgánicos, ya les contaré…
Por otro lado, está la solución
vista a gran escala, podríamos poner como ejemplo Suecia,
país que ha logrado reducir su producción de basura hasta en un 99% pues
prácticamente todo se recicla o reutiliza e incluso está generando fuentes de
energía a partir de sus desechos. Supermercados
en Francia que han decidido vender casi todos sus productos a granel
también contribuyen a la reducción de la generación de basura. Así como el caso
de Kamikatsu,
ciudad japonesa que prácticamente ha dejado de generar basura con la
organización de las autoridades locales y por supuesto, la participación de la
ciudadanía en general.
Quizá nos sintamos muy alejados de
estos ejemplos del “primer mundo”, sin duda estos logros no son sólo de las
autoridades de esas regiones, sino que en gran parte corresponden a la
comunidad y lo que hacen cada día, con lo que se demuestra que, en la medida en
que nos esforcemos y dejemos de esperar que alguien o algo vengan y solucionen
todos nuestros problemas, podremos contribuir a tener un entorno mejor y la
calidad de vida que nos merecemos. No seamos parte del problema, mejor,
actuemos para ser parte de la solución.
*Todas las imágenes que presento
fueron captadas por mí (con mi teléfono, nótese que lo mío no es la fotografía), simplemente para ejemplificar
cómo se encuentra la ciudad.