viernes, 1 de abril de 2011

Que te habla la Señora República











Hace poco tuve un sueño retrospectivo rarísimo, era principios del 94, estaba en casa de mis papás y de repente sonaba el teléfono:
-         Bueeeeeeeeeeeno (pónganle voz de pubertona potosina)
-          ¿A dónde hablo?
-          A casa de la familia Cano (sí, en aquellos años contestábamos así, amablemente, no sentíamos la paranoia de ahora).
-          Me comunica con la señorita Sandra.
-          Ella habla, ¿de parte de quién?
-          ¡Señorita Sandra Cano!!! ¡Qué Gusto! Le habla la República Mexicana
-          La ¿quéeeeeee?!?!?!?!?!?!
-          Sí, no se asuste, le llama la Señora República Mexicana.
En este punto, una risita hizo que casi me cayera del escalón que era como mi oficina de teléfono y que el tinte rojo de mi pelo muy fashion él se decolorara del nervio, tal cual lo veía en el sueño.
-          Dígame Señora República, en qué puedo servirle. Contesté amablemente como me habían enseñado en casa, aunque disimulando el nervio.
-          Señorita Cano pues es que ando promoviendo la ciudadanía mexicana y necesitaba hablar con usted.
-          ¿Conmigo? ¿Y para qué?
-          Ay Señorita Cano, pues es que supe que hace poco cumplió usted 18 años…
-          Sí, estaba en el extranjero cuando eso sucedió, por eso…. (me justificaba)
-          Sí, yo entiendo, por eso no fue por el nuevo invento que acabamos de crear: ¡la credencial de elector con fotografía!
-          Sí, exactamente…
-          Pues es que hoy señorita, le venimos ofreciendo, lo que viene siendo (les juro que así, me lo decía, al más puro estilo de las ventas por TV de ahora) la ciudadanía mexicana y todas sus grandes ventajas, con todos los derechos y prerrogativas que usted gana al tenerla.
-          Oiga Señora República, pero cuénteme ¿qué es lo que ofrece? - respondí, ya entrada en confianza.
-          Pues mire, con la ciudadanía mexicana le damos a usted en primer lugar la oportunidad de votar y ser votada, es decir, ¡de elegir democráticamente a sus representantes! Gracias a las nuevas reformas en materia electoral, ahora sí señorita Cano, nada de que a chuchita la bolsearon, le prometemos respetar el voto.
Gritaba la República Mexicana emocionada.

Yo, un tanto incrédula pero con ganas de tomármela en serio, proseguí:
-          Fíjese Señora República, que desde hace mucho tenía ganas de platicar con usted, es que me late que la dejaron sola, no se vale que usted, que nos ha dado tanto, nadie le responda! Y luego peor, esos señores políticos que se dicen “servidores públicos” salen con cada cosa, no crea, así como me ve de chavilla, me acuerdo bien de cómo se las vieron negras mis papás con las devaluaciones del 82, con las historias horribles de la inflación y la crisis, que si íbamos a administrar la riqueza y ya ve cómo les fue…
-          Sí señorita, ¿qué le puedo decir? – respondía atribulada la República – por eso estoy en plena campaña, necesito urgentemente reconquistar a mi público.
-          Oiga señora República, pero quiero estar bien segura de a qué le voy a entrar con eso de ser ‘ciudadana’ no crea, de repente me da miedo, no quiero yo fallarle.
-          No Sandrita, no se me preocupe, esto no es tan complicado, es cuestión de que usted ejerza sus derechos y cumpla con sus obligaciones, no se meta en broncas, no ande haciendo cosas que no están permitidas por la ley, ni moleste a los demás…
-          ¡Pero si diario veo que hacen eso! ¿cómo? Seré la única que no pueda hacerlo?????? – la República por poco me perdía…
-          No, señorita Cano, es más, para que vea que está bueno esto de la ciudadanía, le garantizo que podrá usted entrar a la ‘disco’ sin problema y consumir bebidas alcohólicas!!!! – ofrecía la República, quien yo creo me conocía bien y sabía cuál era mi talón de Aquiles, a mí la verdad, me dio pena confesarle que no creía que fuera necesario ser ciudadana reconocida por la ley para hacer esas cosas, pero me aguanté.
-          Pues sí señora República, fíjese que sí me parece importante que le haga caso, ya es hora de que siente cabeza, entiendo que usted solita no puede con el paquete, con eso de que el señor Salinas salió con que quitándole 3 ceros a la moneda resolveríamos los problemas económicos, está bien que pasé de panzazo Economía en la Prepa, pero créame que no me explico cómo se supone que eso ayude. Veo mucha injusticia en este país, como lo que sucedió en Chiapas y el levantamiento, acá entre nos, le confieso que hasta que lo ví en las noticias entendí la miseria en la que vive esa gente y no se vale que nadie haga nada por ellos… pero ya en serio ¿cree que yo pueda resolver algo?
-          Es que lo importante es que empecemos poco a poco, con que tú Sandrita (a estas alturas ya hasta me tuteaba la Señora República) estés convencida, yo me doy por bien servida, además date cuenta que esta es lo oportunidad que tienes de exigirle a tus gobernantes ¡que actúen conforme a la ley! – gritaba emocionada – y pues, si tú convences a más gente, ya la hicimos. Piensa que ahora hay más representatividad, las voces comienzan a sumarse, hay más ciudadanos que han aceptado ponerse la camiseta.
-          ¿Está segura?
-          Sí mi Sandy, ya no es como antes, ahora hay más partidos políticos pues ya vieron que esto de la apertura democrática va en serio, así que tienes partidos de Derecha, de Izquierda y de Centro para escoger, piensa bien a quiénes quieres apoyar y ¡a exigirles! – demandaba una República conmovida, casi al borde de la lágrima.
-          No pues sí me late lo que me dice, eso de la ‘apertura democrática’ y el respeto al voto ¡suena de pelos! Se me hace que sí le entro.
-          No sabes cuánto me emociona que aceptes, te prometo que no te voy a fallar, además hay varios grados de ‘compromiso ciudadano’ te puedes sumar al que más te plazca.
-          ¿Cómo está eso de los grados de compromiso? Yo creía que ser ciudadano era sólo de un modo y ya.
-          Pues no, resulta que a como están las cosas, nos tenemos que acoplar a lo que el cliente pida, es decir, que los ciudadanos se pueden comprometer conmigo en la medida de sus posibilidades. Lo ideal es que todos fueran así como los que ya platicamos, pero hay quienes no pueden o no se les da la gana. Me conformo con que voten, paguen impuestos, pues de algo hay que vivir y trabajen por mí, porque luego hay cada gente, que se dice ciudadano y nada, nomás se queja, critica y reclama, pero eso sí, a las primeras de cambio anda viendo como evadir impuestos, tratando de sacar su dinero de aquí y tranzando a quien pueden. También hay otros a los que les hemos quedado remal, no nomás yo, también tú, son esos de los que platicabas, los que nada tienen ¿con qué cara les voy a pedir que exijan, que voten, que pidan que les rindan cuentas, que cumplan con sus obligaciones si yo no puedo cumplirles ni con sus derechos más elementales?
-          Híjole Señora República, ya entendí de qué me habla, conozco muchos de esos que dice, los veo paseándose como si nada y la verdad sí me da coraje, no se me antoja para nada ser de esos ciudadanos y pues sí, entiendo que de algún modo tengo que ver cómo le ayudo con los otros que dice, los más fregados. No está bien que a estas alturas, ellos vivan así, en la miseria. Le prometo que no voy a fallarle, a ver cómo le hago, pero no le voy a quedar mal. Me preocupa eso de exigirles, estar al tanto de lo que hacen los representantes y esas cosas, pero me mantendré informada para ver qué andan haciendo esos señores.
-          Me parece perfecto, así es como se tiene que empezar, no tengas miedo, nada puede salir mal. Esto está empezando a cambiar. Muchísimas gracias por todo, entonces te anoto en la lista de los que sí cuento con ellos, verdad?
-          Esteeeee Ssssí – contesté tímidamente.
-          Ya poco a poco te irás enterando de lo que tienes que hacer. Un gusto saludarte, le mando un abrazo a tus papás y otro a tus hermanas ¡Hasta luego!
Y colgó la Señora República sin darme chance ni de despedirme, como para no dar pie a que me rajara.
De repente me desperté, ¡uuuuy qué sueño tan real! Pensándolo bien, la pobre República tenía razón, híjole tan ilusionada que se escuchaba en que las cosas iban a estar mejor y miren nomás en las que andamos, esos partidos con ideología de derecha y de izquierda, que surgieron muy orondos con la apertura democrática, ahora resulta que se mezclan en cuanto se les planta sin respetar sus principios ¿cómo piensan respetar el voto ciudadano? El que tengamos la facultad de exigirles a nuestras autoridades no siempre ha rendido los frutos deseados, hay algunos políticos que al contrario, ahora hasta son más descarados. Pero eso no quiere decir que debamos darnos por vencidos. Al contrario, ahora contamos con más medios para exhibirlos y denunciarlos, en eso sí nos ha cumplido la Señora República. Lo sé, fueron tiempos difíciles los 90 en cuanto a la transición, no a todos les gustaba, asesinatos políticos a la orden del día que a estas alturas aún no se logran resolver. ¿Qué hicimos con esa democracia? Hay quienes sienten que no nos ha servido de nada, que estaríamos mejor volviendo atrás. Yo no lo creo, estoy convencida de que se ha logrado mucho, pero falta más por hacer. Otra vez, los políticos nos han dejado solos, pero creo que hay muchos ciudadanos, que nos comprometimos en aquellos años y que tenemos la obligación de no bajar la guardia y cumplirle a la Señora República, al menos nos toca poner el ejemplo para los que vienen de que no nos rajamos y sigamos buscando la mejor manera de sacar adelante y cumplir con nuestra parte, para poder entregarle buenas cuentas. No vaya siendo…

1 comentario:

ErnestoPC dijo...

Esa llamada de venta la recibí el 21 de diciembre del 93. Y era fácil creerse muchas cosas de las que me contaba la Sra República. Pero la ingenuidad me duró solo 10 días. El 1 de enero desperté ante un México diferente. ¿Qué hemos hecho desde entonces? Un abrazo.